sábado, 16 de junio de 2012

Grecia se muere

Enésima huelga general en Grecia (octubre de 2011)
Durante los últimos meses solo hemos visto a Grecia en titulares de prensa por tres razones: disturbios en sus calles, elecciones parlamentarias o agresiones de políticos neonazis. En ninguno de los tres casos nos han explicado cuál es la situación social de Grecia, qué está pasando en el único país de la UE que ha sido rescatado en dos ocasiones.

Siempre hemos escuchado que Grecia se parece mucho a España. Las mentes mas críticas señalan al país heleno como espejo futurista del nuestro, lo que despierta la curiosidad de cómo es realmente su presente.


Diferentes organizaciones entre las que se encuentra
Amnistía Internacional han denunciado en los últimos meses la situación de un país al borde del colapso, en el que entre otros problemas se dan el abandono de menores, la desnutrición infantil, el número de personas sin hogar (que asciende a 17.000 solo en Atenas) a lo que debemos sumar la imposibilidad de miles de familias para pagar luz y agua mientras hacen frente a los elevados impuestos a los que el gobierno ha recurrido para hacer frente al pago de la deuda (algunos tan absurdos como el impuesto sobre donaciones benéficas, que ha hecho que las diferentes organizaciones de cooperación y ayuda que sustentan el país vean aún más dificultada su actividad) o la oleada de suicidios que asola el país (hasta 5 conocidos en 48 horas).

Y es que el país famoso por los yogures que repitieron hasta la saciedad eso de “joroña que joroña” (xronia kai xronia) tiene una tasa de paro del 21,9% (2,3% menos que la nuestra) y una situación política cuanto menos desoladora después de que
el pasado 6 de mayo los comicios no otorgasen una mayoría suficiente a ninguna fuerza para hacerse con el poder.


Durante las últimas semanas nos ha llegado la cara más mediática de esta crisis política: la entrada al parlamento griego de Amanecer Dorado, un partido de ideología nazi que entre otras lindeces niega el holocausto, y sus posteriores declaraciones que señalaban a inmigrantes y homosexuales como los mayores enemigos de Grecia.

Pero el punto álgido lo ponía Ilias Kasidiaris, número dos del partido y diputado, tras agredir en directo a portavoces de SYRIZA y KKE (coalición de partidos de izquierda y partido comunista) en una tertulia televisiva. Desde entonces, y tras la orden de busca y captura emitida por un juzgado de Atenas, en paradero desconocido; como las noticias de Grecia.


Puede parecer sorprendente que en un país que perdió más de 300.000 personas durante la ocupación nazi afloren fuerzas de este tipo. La realidad es que si tenemos en cuenta la desesperación de los griegos, que ya descubrieron hace tiempo que ninguno de los partidos tradicionales (Nueva Democracia y PASOK, los PP y PSOE griegos) les iban a sacar del agujero en el que se habían metido, unida a un discurso de defensa de la patria y con un alto contenido racista, es comprensible que un partido como este, pese a una estética bastante despreciable, haya calado entre los griegos.

Ataques racistas producidos el pasado martes en Perama












No es de extrañar entonces que cientos de reportes de agresiones racistas se hayan sucedido por todo el país en los últimos meses, el último y más grave el pasado 11 de mayo, cuando 20 personas irrumpieron en un piso en Piraeus (Ática) y atacaron a varios egipcios mientras dormían, siendo uno de ellos hospitalizado por la gravedad de las heridas. Ataques evidentemente organizados y que cuentan con la pasividad de la policía, que también cuenta con varias denuncias por vejación a inmigrantes (como podemos ver en este vídeo) y que han convertido a los inmigrantes residentes en el país en el chivo expiatorio de la situación que atraviesan.



Mañana se celebran de nuevo elecciones y lo más probable es que dejen un panorama aún más desolador que el actual. La cosa no parece cambiar para el país, y los organismos europeos están más preocupados de reflotar su economía que de atender las necesidades básicas de los griegos. Y la realidad de la economía pública es preocupante: esta semana conocíamos que la hacienda pública griega asciende en este momento a unos 2.000 millones de euros, que darían a las administraciones para pagar a los funcionarios tan solo hasta el próximo 20 de julio.


¿Hasta dónde hemos llegado que nos preocupamos de que un país contagie su enfermedad financiera a otro en vez de preocuparnos por la cura de sus enfermedades sociales?


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