Ayer entré en cólera tras leer los nuevos requisitos para
recibir la ayuda económica del gobierno que el Ministerio de Educación hizo
públicos en el BOE del pasado 29 de octubre. Necesitaba compartirlo a gritos
entre mis compañeros de universidad; un programa con más de 25 años de solera
volvía a ponerse en jaque en nuestro país y los posibles beneficiarios de este
tenían que conocerlo. En consecuencia, decidí mandar la información a la página
“El Informer de la UAL” (una página seguida por más de 4.000 estudiantes de la
universidad de Almería en la que puedes encontrar desde romances hasta venta de
apuntes), y mi sorpresa fue que entre los comentarios de la noticia había más
detractores que defensores.
Quienes no defendían precisamente el programa ERASMUS entonaban los típicos
tópicos que quienes han disfrutado esta beca habrán sufrido en numerosas
ocasiones: “son unas vacaciones pagadas”, “no van a clase” o “están todo el día
de fiesta” servían para apoyar un recorte que en si no supone el fin del
programa en nuestro país, pero que pone en una difícil tesitura a quienes la
están disfrutando actualmente.
La beca ERASMUS te da la oportunidad de estudiar un determinado periodo de
tiempo (normalmente un semestre o un curso escolar completo) en una universidad
extranjera. Habitualmente la dotación económica que recibe cada estudiante
procedía de tres sitios: del programa en si (la Unión Europea), del gobierno de
tu país y, en el caso de España, de la Comunidad Autónoma que oferte ayudas
complementarias a las anteriores (en la actualidad solamente Andalucía). Hasta
el año pasado la cuantía ministerial dotaba de 100 euros al mes a cada
beneficiario y de 85 euros más a aquellos estudiantes que fuesen becados por el
Ministerio, pero este año la cosa cambia; el nuevo requisito que se introduce impide
recibirla a quienes no fueran becarios del Ministerio el curso pasado
(2012-2013).
Pudiendo estar de acuerdo o no con la medida, podemos calificar de indecente el
hecho de cambiar los requisitos para ser beneficiario de la cuantía si tenemos
en cuenta que esto ha ocurrido más de 2 meses después de que miles de
estudiantes de todo el país se encuentren estudiando en sus universidades de
destino. La realidad a la que cientos de estudiantes se enfrentan hoy en el
extranjero es la de que su gobierno les niega siquiera una cuantía mínima con
la que ya contaban. Ahora tendrán que decidir entre volver a sus
universidades de origen y verse obligados a devolver el dinero recibido
(teniendo en cuenta además el desembolso acarreado por cada estudiante y el
hecho de incorporarse a un cuatrimestre que está a punto de llegar a su
Ecuador) o seguir adelante con los escasos 115 euros que la Unión Europea da
cada mes sin distinción.
Las justificaciones del ministro Wert no se han hecho esperar, pero ya no
convencen a nadie. El gobierno de Rajoy se ha atrevido a hacer algo que la
Unión Europea no ha sido capaz de llevar a cabo: privar a miles de un programa
que ha cambiado tantas vidas, que ha ayudado a progresar a cientos de universidades
que se benefician de este, porque las becas ERASMUS no se limitan a lo académico,
y el programa SOCIAL ERASMUS ( en el que los estudiantes internacionales
realizan actividades de voluntariado en asociaciones de diversa índole) es solo
un ejemplo de entre los muchos que podríamos citar.
Para quienes defendemos la educación pública como principal
herramienta de igualdad social y creemos que todos los programas que sirvan
para intercambiar experiencias y nutrirse de una cultura e idiomas diferentes
son positivos este recorte ha supuesto un mazazo, pero está claro que el
gobierno no está en esta sintonía; lo demostró el año pasado al eliminar los
cursos de idiomas en el extranjero para menores de 30 años o al dejar sin
dotación presupuestaria a la famosa beca SÉNECA de intercambio entre
universidades españolas. Pero no hay más que echar un vistazo a la LOMCE para
darse cuenta de que una educación cambiante, acorde con los tiempos, inclusiva
y universal no es algo que esté en sintonía con el ideario del Ministro de
Educación.
Me empiezo a plantear que todo esto sea una estrategia de José Ignacio Wert para que
sigamos celebrando ”fiestas de cumpleaños”.
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ACTUALIZACIÓN: ¡Notición! Después de una bronca de la UE, del posicionamiento en contra de Nuevas Generaciones, de la regañina en modo postureo de dirigentes del Partido Popular, pero sobretodo, de la movilización masiva a través de las redes sociales y medios de comunicación de la comunidad estudiantil, Wert recula y mantendrá los mismos requisitos para obtener la ayuda ministerial de la beca ERASMUS que el año pasado. Un alivio para miles de estudiantes que tras dos meses estudiando fuera del país se veían en una complicada situación.
Por desgracia nunca sabremos la influencia de mi reciente artículo "Miles de ERASMUS a su suerte" en la decisión del tito Ignacio, pero estoy seguro de que habrá sido, como mínimo, decisiva.